Los Taironas

Los Taironas habitaron la Sierra Nevada de Santa Marta al norte de Colombia entre los siglos XI y XII d. de C.

Eran agricultores, orfebres, pescadores y artesanos.

Cultivaron yuca, fríjoles, auyama y árboles frutales. Por el territorio agreste y montañoso desarrollaron una agricultura de terrazas e hicieron un sistema de irrigación y de desagüe especializados.
El pescado era su principal fuente de alimentación y comercio.

Fueron grandes alfareros produciendo jarrones, vasijas, platos y copas que decoraban con figuras humanas deformes, zoomorfas o geométricas en diferentes colores que obtenían de minerales vegetales. Como orfebres se destacaron en la elaboración de objetos decorativos que amenudo eran utilizados en sus rituales sagrados.

Políticamente estaban divididos en cacicazgos. Cada grupo Tayrona tenía su propio cacique pero entre ellos era elegido uno que estaba por encima de los demás caciques. Este era acompañado por guerreros y sacerdotes quienes eran los encargados de cuidar la unidad política y religiosa.

Los Tayronas sobresalieron por su destreza urbanística en ingeniería. Se destacaron por la construcción de poblados y ciudades en forma circular en las zonas planas de las estribaciones de la sierra a las cuales se llegaba por medio de caminos empedrados y puentes colgantes. Contaron con canales de desagüe, zonas públicas y residenciales.

En 1975 fue descubierta la Ciudad Perdida construcción arquitectónica que se caracterizaba por la construcción en piedra para las casas situadas en las laderas, escalas de piedra, muros de contención para evitar deslizamientos y canales de desagüe.

Adoraban al sol, la luna, las estrellas. Sus dioses fueron Gauteovan, madre de todas las cosas, creadora del sol y de todos los espíritus causantes de todas las enfermedades. Peico quien llegó del mar y les enseñó a trabajar el oro, la tierra y a tejer. Sus ceremonias religiosas eran acompañadas por cantos y danzas. Practicaban la homosexualidad ritual y realizaban representaciones fálicas.

Los hombres eran altos y corpulentos. Algunas tribus acostrumbraban a deformarse el cráneo, las orejas, los brazos y los pies. Usaban guayucos y con frecuencia iban casi desnudos. Las mujeres vestían así mismo túnicas blancas y se pintaban la cara con colores estraídos de algunos árboles.